La implementación de la IA ética comienza con el desarrollo de políticas integrales que abordan responsabilidad, comprensión, equidad, privacidad y transparencia. La IA está forjando una nueva era para la innovación empresarial, llegando a ser un poderoso aliado comercial.
Más del 50 % de las empresas estadounidenses con más de 5.000 empleados utilizan la inteligencia artificial a diario, una cifra que sube al 60 % para aquellos que superan los 10.000 empleados. Sin embargo, una propagación tan rápida de la IA viene con un conjunto de consideraciones éticas. En promedio, el 40 % de los empleados encuentran que el uso de la IA ha resultado en diversos dilemas éticos, definidos por el Instituto de Investigación Capgemini como resultados que no son transparentes, injustos o sesgados.
Priorizando la transparencia. Según el informe de tendencias de CX, el 65 % de los líderes de experiencia del cliente ahora ven la IA como una necesidad estratégica. Mientras tanto, las empresas necesitan ir más allá del enfoque de la «caja negra» y mostrar cómo trabajan con los sistemas de IA: explicaciones claras de cómo funcionan los algoritmos, los datos que utilizan, los procesos de toma de decisiones y cualquier sesgo potencial. Esto fomenta la confianza y garantiza que todas las partes (clientes, socios, otras partes interesadas) puedan participar con confianza con las tecnologías impulsadas por la IA.
Garantizar la privacidad. Si bien los empleados comienzan a usar cada vez más la IA a diario, a menudo sin el conocimiento explícito del empleador, esta tendencia puede venir con posibles preocupaciones de privacidad. Los profesionales deben revisar cuidadosamente las políticas de privacidad y los términos de servicio de las soluciones de IA, centrándose en la recopilación de datos, el uso, el almacenamiento y el intercambio de terceros para garantizar la seguridad y mantener la confianza del cliente. Esta comprensión es una base sólida para una comunicación informada con los clientes con respecto a los riesgos y beneficios de la IA.
Cabe destacar que, el verdadero potencial de la IA no radica en reemplazar los esfuerzos humanos, sino en mejorar el rendimiento general, usándolo como complemento, no como sustituto de la aportación humana. Por ejemplo, mientras que los humanos por sí solos pueden lograr una precisión promedio del 81%, y la IA sola el 73%, su colaboración puede alcanzar una precisión del 90%. La IA puede manejar de manera eficiente las tareas rutinarias, liberando a los equipos para que se centren en tareas más estratégicas, empáticas y creativas.
Fuente: https://www.entrepreneur.com/leadership/ais-role-is-up-to-you-these-4-rules-make-the-difference/490359